La actriz tenía por aquel entonces tres años, y en un momento de descuido su madre la perdió de vista, aunque la gran sorpresa llegó al ver dónde se encontraba: sentada en el regazo de un extraño.
"Me ve y estoy en el regazo de este mendigo, que era regordete y con barba. Y yo en plan: 'Quiero un pony, quiero un unicornio'"
"Yo tenía como tres años, así que por supuesto mi madre me tuvo que advertir sobre los extraños, y lo peligrosos que son", "Me dijo: 'Si alguna vez te sientas en el regazo de Papá Noël, no volverás a ver a tu mamá nunca más'".
Con semejante advertencia, parece lógico que la joven perdiera inmediatamente cualquier simpatía por dicho personaje. "Después de aquello yo estaba en plan: 'Mmm, Papá Noël no es tan genial'".
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